miércoles, 2 de diciembre de 2020

Registro de intervenciones

Es habitual que la empresa o recurso en el que trabajamos se nos pida a los terapeutas ocupacionales registrar las intervenciones o atenciones que realizamos, ya sea para memorias internas o externas o recogida de datos y estadísticas de la institución.

De hecho, aunque esta información no se pidiera recomiendo a todo el mundo que lleve un registro de las intervenciones realizadas porque puede dar mucha información útil del trabajo que llevamos a cabo, tanto grupal como sobre todo individual. En lo que respecta a la atención directa individual los tipos de intervención más habituales son los siguientes:

  • Cita presencial.
  • Atención telefónica.
  • Atención virtual.
  • Atención domiciliaria.
  • Acompañamiento Terapéutico.



Cita presencial

Es probablemente el tipo de intervención o atención más frecuente y suele ocurrir en el propio recurso, en el despacho. Puede realizarse de forma individual con la persona interesada en este caso usuario/a o de forma grupal si viene acompañado de la familia, cuidador e incluso otros profesionales.

Las citas presenciales son frecuentes para realizar seguimientos en la propia institución o bien para realizar evaluaciones u otras entrevistas específicas.

Atención telefónica

Cuando la persona no puede acudir a la institución es habitual realizar llamadas telefónicas, normalmente para realizar seguimiento individual, aunque también para realizar entrevistas a la persona o la familia para una revisión o evaluación y otro tipo de intervenciones puntuales.  

El contacto telefónico es una vía habitual y cotidiana, que permite obtener información sin que sea necesario el desplazamiento de la persona.

Se puede considerar la atención telefónica como intervención cuando incluye algún contenido del tratamiento o indicaciones terapéuticas. Otras veces se realizan llamadas para dar recados como dar o cambiar citas o bien pedir una información puntual y no se considera intervención.

Atención virtual

Otro tipo de intervención aparte de la puramente telefónica y otras vías como WhatsApp puede ser la virtual, especialmente en la actualidad desde los tiempos de pandemia. Este tipo de intervención se ha incrementado notablemente, en formatos de acceso a redes sociales, canales de difusión, contenidos audiovisuales, videollamadas y plataformas virtuales para ofrecer talleres o atenciones individualizadas.

Atención domiciliaria

Se lleva a cabo en el domicilio de la persona. Las atenciones domiciliarias siempre deben estar pactadas y se pueden realizar tanto si la persona está sola en casa como acompañada de la familia o cuidadores. Normalmente el objetivo de las atenciones domiciliarias puede ser de evaluación, de seguimiento en el domicilio cuando la persona no se puede desplazar, para una intervención puntual o un entrenamiento específico por demanda personal o de la familia.

Acompañamiento terapéutico

El acompañamiento terapéutico no se produce en el recurso y tampoco en el domicilio; se diferencia de la atención domiciliaria en que se realiza fuera, en la comunidad. Estas intervenciones sirven para realizar seguimientos, entrenamientos o supervisión en actividades como compras, citas médicas, transportes, gestiones, etc.

Por otra parte, además de registrar el tipo de intervención también se puede registrar el objetivo de esa intervención, como: evaluación, seguimiento, entrenamiento, supervisión, gestión, actividad, etc. Ejemplos:

 


sábado, 14 de noviembre de 2020

Criterios para determinar las necesidades y objetivos de intervención

Cuando se realiza una primera atención es fundamental determinar si hace falta intervención o no. En recursos donde existen departamentos específicos a los que se derivan los casos, habitualmente se realiza una primera valoración, triaje o screening; primordialmente para aceptar el caso o rechazarlo, bien porque no es necesaria la intervención, porque no se puede dar respuesta o porque se deriva a otro departamento o profesional más adecuado.

Ejemplo: en un centro de salud mental acude una familia que presenta el caso de una persona con discapacidad intelectual. El recurso desestima el caso porque no es el perfil que se trata en la institución o bien porque no existen los profesionales idóneos para realizar esa atención. Puede pasar también si la persona que debe ser atendida tiene movilidad reducida, necesita accesos y apoyos especiales que el recurso no pueda garantizar, o necesita cuidados de enfermería por una enfermedad crónica que no se pueden proporcionar. Lo correcto es rechazar el caso y derivarlo al recurso adecuado. En otros casos familias presentan casos que no son competencia de este recurso, sino de, por ejemplo, el departamento de servicios sociales u otros recursos.

Una vez determinada la necesidad de intervención, el siguiente paso será el de establecer los objetivos, que deben estar ajustados a la demanda real de la situación. Esta demanda puede ser ejercida por tres actores principalmente: la propia persona, la familia o los profesionales (sean del propio recurso o bien del recurso que ha derivado el caso: médico de cabecera, departamento de salud mental, servicios sociales, etc.)

Situaciones más favorables

En las situaciones más favorables, siempre que la persona haga demanda, cabe pensar que es más fácil establecer objetivos para la intervención, que además se presupone que puede ser más consensuada ya que hay voluntad por todas las partes para realizarla (Situación 1). Puede que la familia no tenga demandas pero la persona interesada sí, con lo cual la intervención es clara igualmente (Situación 2).

En situaciones en las que la persona y la familia hacen demanda y los profesionales no ven objetivo (Situación 3) se puede realizar una intervención centrada en la persona con un pronóstico favorable, incluso aunque la familia no haga demanda.

En el último caso, si una persona hace demanda pero la familia y los profesionales no, puede ocurrir que esta persona sea demandante con objetivos que no se consideran necesarios y también habrá que manejar la situación y diseñar una intervención con un objetivo de alta terapéutica, rechazo de la intervención o bien a un trabajo individualizado (Situación 4).

Situaciones menos favorables

En el caso de recursos de atención en los que se requiere solicitar plaza este puede ser un criterio para establecer prioridades respecto a las situaciones menos favorables.

Podemos considerar que en cualquiera de los casos en los que la persona no realiza demanda es más difícil realizar intervención, ya sea porque no existe conciencia del problema o bien porque no existe voluntad. En Salud Mental son conocidos los casos en los que tanto la familia como los profesionales realizan una demanda de atención pero la persona no accede, probablemente por falta de conciencia (Situación 8). Ocurre con los ingresos involuntarios (probablemente el peor de los escenarios y el menos deseable). Son casos en los que se detectan conductas de riesgo de la persona hacia sí misma o hacia los demás y que requieren una intervención de urgencia forzosa.

También existen casos en los que es únicamente la familia la que realiza la demanda (Situación 7), pero no la persona ni los profesionales. Estos casos son susceptibles de ser rechazados porque puede que exista un conflicto de la familia con esta persona que no requiera de la intervención sino de otro tipo de intervenciones. Otro caso es que la persona y la familia no detecten la necesidad de intervención pero sí los profesionales (Situación 6). Aquí debemos tener mucho cuidado para no caer en juicio de valor e imponer objetivos que realmente no son necesarios o realistas. En estos casos no debería existir la intervención.

El último de los casos, en los que no existe demanda de la persona, demanda de la familia ni demanda de los profesionales (Situación 5), sencillamente no debería existir intervención.

Esta tabla también se puede utilizar para valorar la evolución de un caso. Por ejemplo: en un momento dado una persona que accede al servicio realiza demanda de intervención, así como la familia y los profesionales. Con el paso del tiempo es posible que la familia ya no realice demanda porque hay mejoría pero sí la persona o los profesionales; es posible que si la intervención es exitosa y la evolución es muy favorable llegue un momento en el que ya no exista demanda de intervención, con lo cual sería un alta terapéutica.

miércoles, 23 de septiembre de 2020

Evaluación de Roles en Salud Mental

En Terapia Ocupacional es bien conocido el concepto de rol. El interés de este artículo se centra en valorar si la evaluación de roles se utiliza habitualmente en las evaluaciones y procesos de TO en Salud Mental y cómo realizarlo.

Introducción.

Según el Marco de Trabajo de la AOTA, los roles son “un conjunto de comportamientos esperados por la sociedad, moldeados por la cultura y pueden conceptualizarse y definirse posteriormente por el cliente. Los roles pueden proveer una guía para seleccionar las ocupaciones o pueden conducir a patrones de participación estereotipados y limitados. Jackson (1998a, 1998b) advirtió que describir a las personas por sus roles puede ser limitante y puede promover ocupaciones segmentadas en lugar de la totalidad de la ocupación. Cuando se consideran los roles dentro de la terapia ocupacional, los profesionales de terapia ocupacional se preocupan de la forma en que los clientes basan sus ocupaciones para realizar los roles e identidad que hayan percibido y reafirmar sus valores y creencias.

Los rituales son acciones simbólicas con significado espiritual, cultural o social que contribuyen a la identidad del cliente y reafirman sus valores y creencias (Fiese et al., 2002; Segal, 2004). Los hábitos, las rutinas, los roles y los rituales pueden apoyar o limitar el desempeño ocupacional” (En: Pág. 27 de 92 )

Es interesante para la valoración de TO porque es un dato que explica el funcionamiento de una persona y condiciona su funcionamiento, su desempeño. Además, tiene valor tanto en el pasado como en el presente y el futuro.

  • Pasado: puede explicar una situación previa al momento de la intervención, determinar qué roles se quieren o pueden recuperar y cuáles no, qué roles han sido significativos y gratificantes y cuáles no. En una historia de vida, los roles ejercidos por una persona pueden desvelar la personalidad y las motivaciones de la persona y ayudarnos a enfocar el abordaje y prepara la intervención.
  • Presente: los roles que se ejercen en el presente son la referencia para comparar con los roles pasados y determinar cuáles han desaparecido, cuáles se han modificado y cuáles han surgido, y explorar qué cambios se pueden intentar o cuáles preservar. Describir los roles presentes puede servir para describir de forma realista la situación actual de desempeño.
  • Futuro: los roles futuros pueden ayudar a establecer los objetivos, lo cual sirve para diseñar la intervención. Puede servir para reafirmar identidad, valores y creencias de la persona.

Cabe resaltar que el TO no debe deducir ni inferir absolutamente nada, sino describir, es decir, los roles son los experimentados y/o percibidos por la persona. Algunos de ellos conllevan la realización de actividades y tares muy concretas, y otros son percibidos de forma más subjetiva. El TO puede interpretar este significado siempre conjuntamente con la persona, o en todo caso hacer clara diferencia entre:

  • Los roles expresados por la propia persona, según su autopercepción y el valor que ella misma les da.
  • Los roles detectados por el profesional, que pueden complementar la valoración desde una perspectiva externa que el cliente tal vez no ha percibido o interiorizado (por ejemplo, los roles que adquiere en una institución en la que se encuentra)
  • Los roles esperados: por la familia (incluso demandados), la propia institución o el propio profesional o el entorno.

Según el propio Marco de Trabajo de la AOTA, uno de los resultados esperados es establecer “competencias para desempeñar sus roles”, es decir, “la capacidad de hacer frente eficazmente a las demandas de los roles en los que el cliente participa.” (En pág. 57 de 92) y que  la propia “práctica de terapia ocupacional significa el uso terapéutico de las actividades diarias de la vida (ocupaciones) con individuos o grupos con el propósito de lograr la participación en los roles y en situaciones en el hogar, escuela, lugar de trabajo, comunidad y otros ambientes.” (En pág. 80 de 92)

Guía para la utilización Listado de roles de Oakley, Kielhofner y Barris

La evaluación más conocida es el Listado de roles de Oakley, Kielhofner y Barris, de 1985

Las instrucciones del Listado son sencillas, están explicadas en el propio documento enlazado. 

La parte más importante de la evaluación de roles no es solamente cumplimentar el cuadro y obtener una información descriptiva, sino elaborar conclusiones para:

  • Realizar evaluación
  • Recoger demandas de la persona
  • Establecer objetivos

“Finalmente se realiza la entrevista relacionando las áreas de contenido, lo cual permite al terapeuta y a la persona identificar patrones en la selección de roles, la preferencia y el desempeño. Por ejemplo, se pueden observar:

  • Roles en los cuales se ha tenido éxito en la vida.
  • Roles que se han evitado o abandonado.
  • Roles que se concentran en torno a tipos particulares de ocupaciones.
  • Equilibrio entre los roles
  • Si se están realizando roles que se consideran poco valiosos. 

Esta discusión es útil, ya que proporciona reflexiones sobre la vida de la persona.” (Enlace aquí)

Recomiendo además no ceñirse únicamente a los roles estándar que aparecen en dicha evaluación, sino tener en cuenta esa orientación y describir todos aquellos que surjan como relevantes:

“Se incluye además la categoría “otros", para personas que participan en otros roles no especificados en el listado. Es importante hacer notar que la definición del rol incluye ejemplos, los cuales no necesariamente abarcan todo su significado”

Existen ejemplos de todo tipo de posibles roles en una persona. Por ejemplo, los roles pueden percibirse como personales, profesionales, familiares, de pareja, sociales…algunos espectros son inevitables, como los roles familiares (por ejemplo, todos somos hijos o hijas de alguien, y aunque no exista ningún tipo de relación puede ser igualmente significativo, tanto por presencia como por ausencia).

Los roles también pueden ser “oficiales” o “no oficiales”, esto es, claramente el rol en la empresa está determinado por el puesto en que se trabajo, las funciones que se realizan y las relaciones entre los demás miembros (por jerarquía o cargos: jefe, coordinador, subordinado, etc). Todo ello está delimitado de forma reglada, pero pueden existir otros roles percibidos de forma más subjetiva, como  especialista, creativo, líder (no necesariamente esta cualidad está siempre asociada a un cargo, por ejemplo, sino a la percepción subjetiva del grupo), novato o veterano, emprendedor, colaborador, referente, investigador, par evaluador

Ejemplo: en un equipo de fútbol el rol de campo está claramente determinado; por ejemplo, un defensor. Pero esto puede alterarse si el entrenador decide que el jugador puede jugar también de atacante. Esta circunstancia le confiere el rol de polivalente. Si además es veterano y capitán, puede ser considerado líder, referente o intermediario con el club. Todas estas variables pueden describir exactamente el funcionamiento de esta persona en el equipo y su influencia. Reducir pues una descripción de un rol a una palabra o circunscribirlo a conceptos estándar puede resultar confuso o incompleto.

Hay otros roles que pueden pasar por alto en la evaluación o bien aparecen de forma recurrente por parte del equipo pero no se analizan de forma ordenada, tarea que pueden realizar profesionales de TO. Por ejemplo, se suelen utilizar referencias como “el usuario en el momento de la evaluación se muestra colaborador”, o “es referente para otros compañeros”, “suele funcionar como apoyo de los profesionales”, etc. Estas descripciones pueden resultar verdaderamente útiles para analizar la evolución personal. 

Otros enlaces interesantes acerca de los roles:

  1. https://lamenteesmaravillosa.com/teoria-de-los-roles-cual-es-nuestro-papel-en-la-sociedad/
  2. https://es.wikipedia.org/wiki/Rol_social

Rol de enfermo

Llegados a este punto, cabe destacar uno de los roles más significativos que se pueden percibir en una persona usuaria de recursos de enfermedad mental, y es precisamente el rol de enfermo. Existe discusión entre colegas de profesión acerca de si existe este rol como tal. En mi opinión sí, claramente, ya que del mismo modo que existen innumerables circunstancias y matices que nos colocan en diferentes roles y estos pueden ser descritos de muchas maneras, el rol de enfermo también. Además, la interiorización de este rol se puede demostrar con muchas conductas asociadas, que en salud mental normalmente tienen relación con el estigma, el autoestigma o la dependencia generada en otras personas o servicios: "Estar enfermo (...) no es sólo experimentar la condición física de enfermedad; más bien constituye un rol social porque implica conductas basadas en expectativas institucionales, y este rol social se ve reforzado por las normas de la sociedad que corresponden a esas expectativas." (Artículo completo aquí)

Precisamente en el ámbito del asociacionismo esta es una de las labores fundamentales de cara al trabajo personal, con las familias, con el resto de instituciones públicas y privadas del sector y con la sociedad en general. 

Conclusiones

El listado de roles es perfectamente válido para la intervención en Salud Mental. Es una herramienta que se puede utilizar de las siguientes formas:

  • Incluir el Listado de Roles en protocolos de evaluación (PIR, REPIR), con especial atención en valorar los ajustes y desajustes en el desempeño y si la participación en roles apoya o limita el desempeño.
  • Incluso aunque eso no sea posible, realizar alguna observación al respecto en los informes (Apartado “Observaciones”, “Otros Datos”, Etc)
  • Se puede elaborar un informe individual que recoja esta realidad si es pertinente.
  • Incluso para el seguimiento individual se puede utilizar como herramienta de trabajo interno del TO en colaboración con la persona.
  • En todo caso, se puede comentar en reuniones previas a la realización de los informes, reuniones de técnicos o de equipo general, en cualquier momento del proceso que pueda ser relevante.

Por último recomiendo, en caso de utilizar el Listado de Roles, hacerlo en un formato de documento editable, no en PDF, porque permite personalizar la evaluación y editarla para añadir las casillas de los roles que se consideren oportunos, los comentarios y el resto de descripciones pertinentes. Si no lo encuentras, envía un email a jvtalavera@gmail.com y te lo proporcionaré.

lunes, 15 de junio de 2020

Cambio de paradigma en Rehabilitación Psicosocial tras la crisis del COVID-19


Desde hace tiempo existe debate acerca de la metodología imperante en Rehabilitación Psicosocial: si existen suficientes recursos, si son efectivos, si la reforma psiquiátrica se estancó y no ha evolucionado e incluso si se está volviendo al aislamiento de la población de personas con enfermedad mental grave. La sociedad, y las administraciones, presentan opiniones erráticas al respecto, y es por ello que muchas organizaciones y asociaciones continúan luchando contra el estigma en salud mental y a favor de una atención eficaz e integral. Nuevas corrientes de pensamiento apoyan esta línea, con ideas clave como el “Empoderamiento (Empowerment)”, la “Atención Centrada en la Persona” o la “Recuperación (Recovery), entre otras.

Aun así, el estatismo de muchos de los recursos destinados a la atención en salud mental es evidente: continúa primando la cultura farmacológica y la atención en las Unidades de Salud Mental, siendo los ingresos hospitalarios y residenciales las estrategias consideradas más efectivas para los casos más graves.

Por otra parte, desde hace años muchos sectores profesionales reclaman una mayor atención comunitaria, concepto extenso en la bibliografía y en las investigaciones, pero no siempre llevado a cabo en la realidad. Al menos en España. Una de las críticas más comunes es la prioridad de atención presencial en centros especializados en atención a la salud mental, lo que puede de nuevo convertir en ghettos a este tipo de dispositivos, donde las personas usuarias acuden sin un horizonte claro para su recuperación, es decir, pueden pasar años estancados en un tipo de atención poco centrada en la resolución de problemas cotidianos y el empoderamiento, y aún basada en arquetipos condescendientes en los que una parte de la sociedad –incluidos los profesionales-, “está bien” y atiende a las personas que “no están bien”, con directrices unilaterales, invasión de la intimidad, poca o nula participación en el propio tratamiento y elaboración de informes basados en perspectivas subjetivas de los profesionales. Una de las causas es probablemente la falta de recursos económicos y humanos para poder ofrecer una atención integral de garantías: grandes ratios de atención y un servicio testimonial para cubrir el expediente de cara a la gestión de Servicios Sociales y de Salud. Por eso es más rentable construir un edificio dotado con profesionales donde las personas usuarias acuden para ser tratadas: mucha atención presencial de despacho, pocas atenciones domiciliarias, pocos acompañamientos terapéuticos y poca integración comunitaria: las administraciones se preocupan más por los porcentajes de asistencia para justificar su inversión que por la calidad de los tratamientos.

Obviamente esta crítica es general, pues en cada ciudad y cada organización pueden hacerse las cosas de formas muy diferentes, y los profesionales buscan ejemplos entre ellos para aprender metodologías e incluso apostar por ellas, investigar e innovar. También cabe destacar que hay muchos contextos de atención: en grandes ciudades, en zonas rurales, en dispositivos de agudos, de larga estancia, etc. Por eso es lógico pensar que existen diferentes abordajes y metodologías más adecuados a cada realidad.

Sin embargo vivimos un momento histórico que puede suponer un punto de inflexión definitivo a este respecto. Con la crisis del COVID-19 se ha dado la circunstancia de que durante varias semanas ha desaparecido la atención presencial. Consecuencia: cierre de los dispositivos de atención. Sin alternativa. De forma lógica y natural se ha instaurado el teletrabajo, reducido a atención telefónica puntual…y poco más. Esta situación ha evidenciado que el sector carece de recursos para poder ofrecer una atención integral completa si desaparece la atención presencial. Poco a poco, en la vuelta a la normalidad, se han priorizado –como a nivel global en toda la sociedad- los protocolos de higiene y seguridad. Únicamente. Probablemente el objetivo de las administraciones y de las propias organizaciones es medir la capacidad de atención presencial en el recurso con las máximas medidas funcionales de seguridad, así como mediar la capacidad de espacios físicos y de recursos humanos, todo ello con la perspectiva de recuperar el funcionamiento existente hasta entonces. Y no para cambiar o evolucionar, precisamente.

En este contexto el contenido de las intervenciones (ya sean individuales o grupales, a través de programas y talleres, ha quedado en un segundo plano, sin importar tanto la calidad como la cantidad. El contenido parece testimonial, ya que debe ser pragmático: los profesionales empleamos la mayor parte del tiempo en hacer cumplir los protocolos y preocuparnos de ratios y manejo del material y de los espacios, con el peligro de desatender los objetivos esenciales de la intervención profesional.

La propuesta alternativa, sin embargo, continúa siendo la misma: apostar por la intervención comunitaria, salir del centro de atención, trabajar en el domicilio, en la comunidad: no hay tanto problema para ir a un bar, pero sí para abrir las escuelas y los centros de atención a la salud. Por lo tanto, si la comunidad funciona y ofrece espacios más flexibles, ¿por qué no aprovecharlo? Las posibilidades son evidentes:

1. Teletrabajo: sin duda la modalidad estrella a nivel general tras esta crisis. En el caso de Rehabilitación Psicosocial existen dos opciones de intervención (a parte del trabajo administrativo): atención telefónica y reuniones telemáticas, tanto individual como grupalmente. Algunas organizaciones también han actualizado sus plataformas en webs y redes sociales para ofrecer información.

2. Atención domiciliaria: el reciente confinamiento ha marcado una vía de trabajo, que es el servicio a domicilio. Ha ocurrido con todo tipo de empresas y de negocios. ¿Por qué no en este sector? La atención domiciliaria es una metodología que siempre ha existido, aunque ha quedado relegada a los casos más graves o urgentes, o a protocolos rutinarios en el momento del alta. Tal vez en estas circunstancias podría establecerse como metodología esencial, mediante programas específicos de Atención domiciliaria o de Continuidad de Cuidados. ¿Motivos? En primer lugar, las restricciones para la asistencia presencial lo favorecen, y en segundo lugar, puede suponer un salto cualitativo en la atención individualizada. Claro está que son necesarias unas determinadas condiciones para que esto pueda funcionar, y que pasan por dotar de recursos humanos y material adecuado (incluidas las medidas de seguridad) para los profesionales, lo cual puede ser un problema para organizaciones con presupuestos limitados.

3. Estamos comprobando cómo dependiendo del sector empresarial las restricciones son mayores en unos recursos que en otros. Por ejemplo: sí podemos ir al bar hasta 20 personas, pero no podemos reunirnos en el centro de trabajo para realizar un grupo de terapia. Sea justo o injusto, se revela una realidad con la que tenemos que trabajar. ¿Por qué no entonces organizar actividades en grupos de trabajo en la comunidad? Siempre se ha hecho, con las actividades deportivas y de ocio como las más visibles, aunque existen muchas otras posibilidades, que pasan por utilizar los recursos comunitarios que ya existen: bibliotecas, recintos deportivos y de ocio, locales públicos, espacios al aire libre… tal vez así sea posible dar mayor atención grupal.

4. Acompañamientos terapéuticos. Del mismo modo pero de forma más individualizada y en sintonía con las atenciones domiciliarias, los acompañamientos terapéuticos siempre han sido una de las herramientas más potentes y efectivas, especialmente para la resolución de problemas cotidianos que necesitan de acciones muy concretas: realizar una compra o una gestión, citas médicas, etc.

Por otra parte, en ningún momento se puede descuidar la atención presencial, tanto individual como grupal, porque es esencial para las personas que más lo necesitan, por presentar más limitaciones en el funcionamiento, por respiro familiar, mayor necesidad de atención individual, etc. Pero es este grupo de población quien necesita esencialmente la asistencia presencial; muchas de las demás personas que utilizan los recursos de rehabilitación psicosocial pueden perfectamente adaptarse a las metodologías anteriormente mencionadas.

El debate por tanto se mantiene, la reflexión sigue abierta y a la expectativa de ver cómo se desarrollan los acontecimientos y como se desvelarán las apuestas de las administraciones, si siguen siendo conservadoras (o incluso se dan pasos atrás) o si evolucionan hacia otro tipo de metodologías. Al fin y al cabo es un trabajo de toda la comunidad profesional implicada que tal vez puede emerger y consolidarse con el paso del tiempo, aunque es posible que el actual sea un momento perfecto para ello.

Enlaces:


Una propuesta metodológica para la intervención comunitaria: http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1729-48272008000100010

jueves, 21 de mayo de 2020

Influencia del distanciamiento social y el confinamiento en las situaciones de aislamiento social en personas con Enfermedad Mental Grave (EMG)


La  reciente situación de confinamiento ha expuesto a gran parte de la población a una experiencia no conocida para muchas personas: el distanciamiento social. Esta situación tiene consecuencias aun desconocidas, y no es prudente aventurarse a hacer conclusiones simples o genéricas, es decir, cabe pensar que el aislamiento puede tener graves consecuencias psicológicas en las personas; evidentemente esta circunstancia implica el no-contacto con nuestros seres queridos, muy en particular el no contacto físico (ni besos, ni abrazos, etc) con las consecuencias emocionales que esto pueda generar y que aun son desconocidas (especialmente tal vez respecto a los niños). Pero antes de deducir esto debemos matizar diferentes conceptos y situaciones que pueden ser útiles para investigar en este sentido, lo cual es el objetivo de este artículo, y cuyo interés nace de varios enlaces y noticias revisadas durante este tiempo. Ver: (noticia 1noticia 2, noticia 3, noticia 4)

Para empezar, los medios de comunicación y las autoridades hablan de “distanciamiento social”, pero este término alude específicamente al mantenimiento de una distancia física de seguridad, es decir, no acercarse a otras personas a menos de un metro para evitar contagios. De hecho el término es inexacto: “El distanciamiento físico o distanciamiento personal, erróneamente llamado distanciamiento social,​ es un conjunto de medidas no farmacéuticas de control de las infecciones, con el objetivo de detener o desacelerar la propagación de una enfermedad contagiosa”.

Por tanto, ¿es lo mismo distanciamiento físico, distanciamiento personal o distanciamiento social? Al parecer todos estos términos se refieren a lo mismo, por lo que podemos decir que sí pero, ¿se puede afirmar que la obligatoriedad del “distanciamiento social” implica necesariamente situaciones de aislamiento social? Es ahí donde surgen mis dudas.

“Vivir solo no implica forzosamente padecer aislamiento social ni soledad”. De hecho, puede considerarse también como un signo de autonomía. Además, hay personas que prefieren estar solas, por muchos motivos. Para valorar que existe aislamiento social “es fundamental valorar la calidad de las relaciones”, ya que “el verdadero aislamiento social es totalmente involuntario”. (1)

En el libro “Aislamiento y soledad” aparece el siguiente texto: “El término soledad (solitude) surge en el siglo XIII (año 1213) ligado a la situación de una persona que está sola de manera momentánea o durable y asociado al aislamiento, al estado de abandono y a la separación. No presenta de modo sistemático una connotación negativa (…) La palabra se vincula con situaciones conexas: aislamiento, retiro, estado de abandono, de separación en que el hombre se siente frente a Dios, a las conciencias humanas o a la sociedad.” (2)

Por tanto, vivir en soledad no es lo mismo que sentir soledad y tampoco necesariamente implica aislamiento social si es elegida libre y voluntariamente: “¿Son lo mismo vivir solo, el aislamiento social y la soledad? La soledad es sensación subjetiva de tener menos afecto y cercanía de lo deseado, sentirse menos valorado (…) Se suele considerar aislamiento social como la situación objetiva de tener mínimas contactos con otras personas” (1)

Y cabe puntualizar que una situación de confinamiento tampoco necesariamente implica aislamiento social, y lo demuestra el hecho de que hemos estado aislados físicamente, pero no incomunicados. Tal vez en otras épocas pasadas un confinamiento sí hubiese implicado necesariamente una incomunicación y por tanto un aislamiento, pero no en el mundo actual, donde las tecnologías de la comunicación consiguen que las limitaciones sean menores.

Llegados a este punto podemos comprobar fácilmente que hay diferentes matices en todos estos conceptos, de modo que para analizar la situación particular de una persona al respecto, es decir, la influencia del distanciamiento social y el confinamiento en las situaciones de aislamiento social en las personas, debemos valorar lo siguiente:
  • Vivir solo
  • Estar en situación de confinamiento
  • Mantener distanciamiento social
  • Estar en situación de incomunicación
  • Sufrir aislamiento social
  • Tener sentimientos de soledad
Esto significa que:
  • Probablemente estar en situación de confinamiento implica mantener distanciamiento social, aunque no necesariamente.
  • Una persona puede vivir sola, mantener distanciamiento social y estar en situación de confinamiento pero no estar incomunicada ni sufrir aislamiento social ni sensación de soledad.
  • Una persona puede vivir sola, mantener distanciamiento social y estar en situación de confinamiento e incluso estar incomunicada pero no sufrir aislamiento social ni sensación de soledad.
  • Puede que se cumplan todas las situaciones.
  • Pueden darse variaciones de estar situaciones.
La propuesta es que a la hora de analizar la situación se tengan en cuenta estos matices para describir con la mayor exactitud posible la situación estudiada, y es válido para toda la población en general.

¿Afecta de forma diferente a personas con enfermedad mental grave?

Hay personas que antes del confinamiento ya vivían solas, o ya se encontraban en situación de aislamiento social. ¿Cómo será el impacto en estas personas? Probablemente menos que en personas habituadas a un alto contacto social. A este respeto, en principio cabe pensar que el impacto de esta realidad afecta a todas las personas por igual, aunque en el caso particular de las personas con EMG tal vez hay que tener en cuenta que en muchos casos ya de antemano vivían situaciones de aislamiento social, debido a la presencia de estigma y rechazo social. Posiblemente incluso cabe pensar que muchas personas con EMG no han sufrido tanto impacto como otras personas, ya que se encuentran más habituados a esa situación. O incluso personas que ya antes vivían aisladas socialmente y han vivido esta situación de manera indiferente o pensando que tal vez ahora la sociedad que las ha rechazado en otras ocasiones puede entender mejor sus sentimientos de soledad e incluso empatizar. Puede que en algunas personas no haya cambiado nada o incluso haya sido ventajoso, en cierta parte debido a una posible mayor resiliencia.

Ahora es un excelente momento para hacer investigación ya que hay muchos cambios, variables que no estamos teniendo en cuenta, realidades desconocidas, efectos y cambios (en rutinas, el funcionamiento, el desempeño, etc.), tanto en población general como en el colectivo de personas con EMG. Será por tanto necesario buscar indicadores que nos ayuden a comprobar este impacto, tales como:
  • Vivir sola/o o en compañía: tipo de relaciones y calidad de las mismas. Cambios en la convivencia
  • Cambios en la clínica: aparición o desaparición de síntomas, descompensación, ingreso.
  • Efectos en la salud en general (comorbilidad con otras patologías asociadas y/o agravadas o remitidas durante el confinamiento)
  • Cambios de rutinas o estilos de vida.
  • Percepción personal
Y sobre todo es imprescindible mantener la perspectiva ANTES / DESPUÉS, fundamental para entender los posibles cambios producidos durante este tiempo.


GLOSARIO
  • Distanciamiento físico
  • Distanciamiento personal
  • Distanciamiento social
  • Confinamiento
  • Aislamiento social
  • Incomunicación
  • Soledad
  • Vivir solo
BIBLIOGRAFÍA:

(1) Joan Gené-Badia, Marina Ruiz-Sánchez, Núria Obiols-Masó, Laura Oliveras Puigc, Elena Lagarda Jiménez. Aislamiento social y soledad: ¿qué podemos hacer los equipos de atención primaria?. Rev. Atención Primaria. Ed.Elsevier [Internet]. 2016. Vol. 48. (9): 604-609. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-aislamiento-social-soledad-que-podemos-S0212656716301809

(2) Muchinik E, Seidmann,S.Aislamiento y soledad. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.2004. Disponible versión online en: https://kupdf.net/download/aislamiento-y-soledad_5afb3f82e2b6f5b37e17a7e6_pdf

Zorrilla Martín S. Recensión: entender el aislamiento social urbano entre los adultos: informando de enfoques basados en la ocupación. TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2018 (21 de mayo de 2020]; 15(27): 149-51. Disponible: http://revistatog.com/num27/pdfs/recension2.pdf



jueves, 9 de abril de 2020

Programa de Economía Doméstica


Con motivo de la necesidad de asistencia a usuarios mediante teletrabajo durante la actual época de confinamiento debido al COVID-19, y como respuesta a las necesidades de profesionales que deben atender esta necesidad con algunas personas, especialmente quienes viven solas, rescato este Programa de Economía Doméstica, una herramienta que se ha utilizado en Viviendas Supervisadas y con personas que se encuentran en transición para la vida autónoma.

Este programa fue diseñado por Terapia Ocupacional para el resto de profesionales, y es una guía que incluye herramientas y observaciones que pueden ser de utilidad tanto para realizar gestión y planificación directas como para realizar seguimiento.

PROGRAMA DE ECONOMÍA DOMÉSTICA


A.     JUSTIFICACIÓN

Necesidad de un sistema de control presupuestario orientado a dotar de mayor autonomía en toma de decisiones y obtener un mayor control tanto para la persona como sus supervisores.

Facilitar la gestión de la economía doméstica a todas las partes implicadas (personas usuarias y profesionales que supervisan)

B.    PERFIL DE PERSONA USUARIA

Autónoma. Capacidad de toma de decisiones. Control de su propio dinero. Manejo básico de gestiones con el manejo del dinero. Conocimientos básicos de manejo de dinero.

C.    METODOLOGÍA

- Uso de registro de ingresos y gastos por parte de la persona participante y del profesional
- Uso de plantillas para realizar la compra (por categorías)
- Variables:
  -   Autoadministrado, heteroadministrado, mixto.
  -   Virtual (Excel) o manual. Ambas.

D.    OBJETIVOS

Objetivos específicos

- Mantener seguimiento actualizado de ingresos y gastos.
- Justificar gastos que corresponda (supervisores, familia, etc.)
- Facilitar la realización de compras.
- Favorecer la toma de decisiones y los vínculos con el recurso a través de contratos terapéuticos.

Objetivos operativos:

Que el usuario:

-  Realice el registro con la frecuencia establecida.
-  Cumpla los pactos alcanzados en contrato terapéutico.

E.     TEMPORALIZACIÓN

-  Diario / Semanal / Quincenal/ Mensual / Anual/ Todos
-  Registro individual/conjunto y/o revisión individual/conjunta.

F.     ACTIVIDADES / CONTENIDOS

Cada cierto tiempo establecido (diariamente, semanalmente…) la persona que supervisa facilita los registros o plantillas al usuario, que registra periódicamente según se establezca.

Después, del mismo modo, se establece una frecuencia de reunión para revisar las cuentas, comprobar que no haya errores y cambiar pautas o tomar las decisiones pertinentes.

G.    EVALUACIÓN

Se valora el cumplimiento de objetivos en un periodo determinado.


ASPECTOS A TENER EN CUENTA

Valorar si la persona beneficiaria:

- Es autónoma e independiente para el manejo del dinero.
- Es la responsable de su dinero.
- Hay otras personas implicadas o tienen acceso a su dinero.
- Es titular de su/s cuenta/s.
- Tiene autorización para sacar/ingresar dinero. Otras personas también la tienen.
- Es tutelada/curada/incapacitada legalmente.
- Conoce valor y manejo de monedas y billetes en curso.
- Cuántas cuentas bancarias tiene.
- Tiene libreta. Sabe usarla. Conoce clave.
- Tiene tarjeta de débito. Sabe usarla. Conoce clave.
- Tiene tarjeta de crédito. Sabe usarla. Conoce clave.
- Maneja dinero en efectivo.
- Utiliza cheques.

Respecto a los gastos, valorar si:

- Es capaz de ir al cajero.
- Es capaz de ir a ventanilla.
- Qué gestiones puede realizar.
- Conoce conceptos bancarios básicos.
- Necesita ir acompañada.
- Conoce su número de DNI, su firma y otros datos.
- Realiza gestiones online (ordenador y/o móvil). Conoce claves.
- Qué ingresos tiene (pensión, otros).
- Cantidad disponible real y periodo de disposición.
- Tiene límites o cláusulas.
- Qué pagos son domiciliados y cuáles en efectivo.
- Considerar temporalización de pagos: anuales (como bono bus), mensuales, semanales, diarios
- Qué tarifas pueden ser variables: bono bus, otras facturas...
- Si dispone de pagas extraordinarias.
- Si conoce fechas de ingresos bancarios y gastos domiciliados.
- Si tiene deudas, préstamos, hipotecas, embargos.

Respecto a un posible piso de alquiler:

- Comprobar qué gastos están incluidos en el precio y cuáles van a parte.
- Recordar cuantía de la fianza y quién la asume.
- Calcular un margen de gasto que se pueda asumir.

ESTRATEGIA: posible inversión inicial para crear ahorro (en dinero) o almacén/despensa (en especias).


Plantillas EXCEL


La herramienta Excel ha sido de mucha utilidad para realizar este tipo de planificación y presupuestos, ya que con una configuración adecuada de las fórmulas puede agilizar bastante el proceso, ya que los cálculos finales se van obteniendo inmediatamente a medida que se introducen y cambian los datos. Si alguien necesita alguna plantilla como ejemplo puede pedírmela directamente en el correo jvtalavera@gmail.com


GASTOS HIPOTÉTICOS

Sirve para ajuste de expectativas. Sirve para determinar la VIABILIDAD de los presupuestos y del proyecto. Si el balance es positivo, es viable. Si es negativo, hay que ajustar gatos y valorar.

Es una información que puede utilizar la persona y familiares/cuidadores/profesionales de referencia.

Cuanto más completo sea (incluidos gastos puntuales o imprevistos), mejor.

Ejemplo 1












PRESUPUESTO DOMÉSTICO

Es un simulador de posibles gastos con ejemplos reales y muy ajustados a las necesidades. Es una plantilla que sirve para probar, hacer estimaciones y supuestos. Se trabaja en atención individual en despacho y/o con un ordenador.  Si se conocen precios exactos facilita mucho el trabajo (por ejemplo, con folletos de supermercados o en páginas del estilo: http://www.carritus.com/tienda/super/elcorteingles/cp/28010/buscar/caf%C3%A9)

Es muy útil para contar con gastos de pequeñas compras u objetos cotidianos con los que generalmente no se cuenta en una lista de la compra general, y se puede prever.

Ejemplo: quiero comprar x litros de leche de tal marca a x precio. Para valorar se incluye en la plantilla junto a otros gastos y se toma una determinación: es suficiente o no, otras marcas son más baratas, ajuste de la cantidad, etc.

Ejemplo 2



MODELO PRESUPUESTO

Es otro modelo que se puede utilizar periódicamente para hacer el presupuesto mensual o semanal y el balance final. Contempla gastos fijos y gastos variables.

Ejemplo 3




Pre-listas de compra

Por último, ofrezco tres modelos (hay muchos) de pre-lista de la compra, para imprimir y marcar directamente.





Sin más espero que esta herramienta sirva de ayuda, tanto en la situación actual como en cualquier otra situación. Es una herramienta que puede desarrollarse mucho más aun pero como base inicial funciona, incluso desde la urgencia, y además sirve para cualquier persona.

Dudas, sugerencias, peticiones de material y cualquier otra consulta en jvtalavera@gmail.com



viernes, 31 de enero de 2020

Corrección en el lenguaje profesional



Cambiar
Juicios de valor


Por
Descripción de conductas concretas

Se porta bien
Presenta una conducta adecuada (al taller, a las normas de convivencia, etc.)

Participa en la actividad y apoya a los compañeros

Fuma mucho
Ha fumado 7 cigarros durante la mañana

A veces falta sin avisar
Debía venir 20 días este mes y ha faltado 12 días sin avisar.

Se comportaba un poco raro


Hablaba con dificultad y ha salido al baño 3 veces durante la sesión

Repite una frase constantemente durante todo el día

Es un poco vago para hacer las tareas
Presenta dificultades para…(realizar/ iniciar/ continuar/ finalizar actividad)

Presenta signos de cansancio físico.

No quiere hacer la actividad
No realiza la actividad

Lo veo mejor
Esta semana se comunica más con los compañeros y presenta mejor aspecto e higiene

Es muy pesado
Se muestra invasivo (con profesionales, compañeras, etc.)