La reciente situación
de confinamiento ha expuesto a gran
parte de la población a una experiencia no conocida para muchas personas: el
distanciamiento social. Esta situación tiene consecuencias aun desconocidas, y
no es prudente aventurarse a hacer conclusiones simples o genéricas, es decir,
cabe pensar que el aislamiento puede tener graves consecuencias psicológicas en
las personas; evidentemente esta circunstancia implica el no-contacto con
nuestros seres queridos, muy en particular el no contacto físico (ni besos, ni
abrazos, etc) con las consecuencias emocionales que esto pueda generar y que
aun son desconocidas (especialmente tal vez respecto a los niños). Pero antes
de deducir esto debemos matizar diferentes conceptos y situaciones que pueden
ser útiles para investigar en este sentido, lo cual es el objetivo de este artículo,
y cuyo interés nace de varios enlaces y noticias revisadas durante este tiempo. Ver: (noticia 1, noticia 2, noticia 3, noticia 4)
Para empezar, los medios de comunicación y las autoridades hablan de
“distanciamiento social”, pero este término alude específicamente al
mantenimiento de una distancia física de seguridad, es decir, no acercarse a
otras personas a menos de un metro para evitar contagios. De hecho el término
es inexacto: “El distanciamiento físico o distanciamiento personal, erróneamente llamado distanciamiento social, es un
conjunto de medidas no farmacéuticas de control de las infecciones, con el
objetivo de detener o desacelerar la propagación de una enfermedad contagiosa”.
Por tanto, ¿es lo mismo distanciamiento
físico, distanciamiento personal
o distanciamiento social? Al parecer
todos estos términos se refieren a lo mismo, por lo que podemos decir que sí
pero, ¿se puede afirmar que la obligatoriedad del “distanciamiento social” implica
necesariamente situaciones de aislamiento social? Es ahí donde surgen mis dudas.
“Vivir solo no implica forzosamente
padecer aislamiento social ni soledad”. De hecho, puede considerarse
también como un signo de autonomía. Además, hay personas que prefieren estar
solas, por muchos motivos. Para valorar que existe aislamiento social “es fundamental valorar la calidad de las relaciones”,
ya que “el verdadero aislamiento social es totalmente
involuntario”. (1)
En el libro “Aislamiento y soledad” aparece el siguiente
texto: “El término soledad (solitude) surge en el siglo XIII (año 1213) ligado a la
situación de una persona que está sola de manera momentánea o durable y
asociado al aislamiento, al estado de abandono y a la separación. No presenta
de modo sistemático una connotación negativa (…) La palabra se vincula con
situaciones conexas: aislamiento, retiro, estado de abandono, de separación en
que el hombre se siente frente a Dios, a las conciencias humanas o a la
sociedad.” (2)
Por tanto, vivir en soledad no es lo mismo que sentir soledad y tampoco necesariamente implica aislamiento social si es elegida libre y
voluntariamente: “¿Son lo mismo vivir solo, el
aislamiento social y la soledad? La soledad es sensación subjetiva de tener
menos afecto y cercanía de lo deseado, sentirse menos valorado (…) Se suele
considerar aislamiento social como
la situación objetiva de tener mínimas contactos con otras personas” (1)
Y cabe puntualizar que una situación de confinamiento
tampoco necesariamente implica aislamiento social, y lo demuestra el hecho de
que hemos estado aislados físicamente, pero no incomunicados. Tal vez en otras épocas pasadas un confinamiento sí
hubiese implicado necesariamente una incomunicación y por tanto un aislamiento,
pero no en el mundo actual, donde las tecnologías de la comunicación consiguen
que las limitaciones sean menores.
Llegados a este punto podemos comprobar fácilmente que hay
diferentes matices en todos estos conceptos, de modo que para analizar la
situación particular de una persona al respecto, es decir, la influencia del
distanciamiento social y el confinamiento en las situaciones de aislamiento
social en las personas, debemos valorar lo siguiente:
- Vivir solo
- Estar en situación de confinamiento
- Mantener distanciamiento social
- Estar en situación de incomunicación
- Sufrir aislamiento social
- Tener sentimientos de soledad
Esto significa que:
- Probablemente estar en situación de confinamiento implica mantener distanciamiento social, aunque no necesariamente.
- Una persona puede vivir sola, mantener distanciamiento social y estar en situación de confinamiento pero no estar incomunicada ni sufrir aislamiento social ni sensación de soledad.
- Una persona puede vivir sola, mantener distanciamiento social y estar en situación de confinamiento e incluso estar incomunicada pero no sufrir aislamiento social ni sensación de soledad.
- Puede que se cumplan todas las situaciones.
- Pueden darse variaciones de estar situaciones.
¿Afecta de forma diferente a
personas con enfermedad mental grave?
Hay personas que antes del
confinamiento ya vivían solas, o ya se encontraban en situación de aislamiento
social. ¿Cómo será el impacto en estas personas? Probablemente menos que en
personas habituadas a un alto contacto social. A este respeto, en principio
cabe pensar que el impacto de esta realidad afecta a todas las personas por
igual, aunque en el caso particular de las personas con EMG tal vez hay que
tener en cuenta que en muchos casos ya de antemano vivían situaciones de
aislamiento social, debido a la presencia de estigma y rechazo social.
Posiblemente incluso cabe pensar que muchas personas con EMG no han sufrido
tanto impacto como otras personas, ya que se encuentran más habituados a esa
situación. O incluso personas que ya antes vivían aisladas socialmente y han
vivido esta situación de manera indiferente o pensando que tal vez ahora la
sociedad que las ha rechazado en otras ocasiones puede entender mejor sus
sentimientos de soledad e incluso empatizar. Puede que en algunas personas no
haya cambiado nada o incluso haya sido ventajoso, en cierta parte debido a una
posible mayor resiliencia.
Ahora es un excelente momento
para hacer investigación ya que hay muchos cambios, variables que no estamos
teniendo en cuenta, realidades desconocidas, efectos y cambios (en rutinas, el
funcionamiento, el desempeño, etc.), tanto en población general como en el
colectivo de personas con EMG. Será por tanto necesario buscar indicadores que
nos ayuden a comprobar este impacto, tales como:
- Vivir sola/o o en compañía: tipo de relaciones y calidad de las mismas. Cambios en la convivencia
- Cambios en la clínica: aparición o desaparición de síntomas, descompensación, ingreso.
- Efectos en la salud en general (comorbilidad con otras patologías asociadas y/o agravadas o remitidas durante el confinamiento)
- Cambios de rutinas o estilos de vida.
- Percepción personal
Existen instrumentos como Escala de red social de Lubben o Mapa de red social
GLOSARIO
- Distanciamiento físico
- Distanciamiento personal
- Distanciamiento social
- Confinamiento
- Aislamiento social
- Incomunicación
- Soledad
- Vivir solo
(1) Joan Gené-Badia, Marina Ruiz-Sánchez, Núria Obiols-Masó, Laura Oliveras Puigc, Elena Lagarda Jiménez. Aislamiento social y soledad: ¿qué podemos hacer los equipos de atención primaria?. Rev. Atención Primaria. Ed.Elsevier [Internet]. 2016. Vol. 48. (9): 604-609. Disponible en: https://www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-articulo-aislamiento-social-soledad-que-podemos-S0212656716301809
(2) Muchinik E, Seidmann,S.Aislamiento y soledad. Buenos Aires: Editorial Universitaria de Buenos Aires.2004. Disponible versión online en: https://kupdf.net/download/aislamiento-y-soledad_5afb3f82e2b6f5b37e17a7e6_pdf
Zorrilla Martín S. Recensión: entender el aislamiento social urbano entre los adultos: informando de enfoques basados en la ocupación. TOG (A Coruña) [revista en Internet]. 2018 (21 de mayo de 2020]; 15(27): 149-51. Disponible: http://revistatog.com/num27/pdfs/recension2.pdf
Muy interesante trabajo para estos momentos tan necesarios.
ResponderEliminarFelicidades hijo.