Una
de las funciones del Terapeuta Ocupacional en Salud Mental es la de realizar
seguimiento de determinados parámetros de salud relacionados con las AVD, que
pueden ser valiosos indicadores para describir el funcionamiento de la persona
en un momento determinado. Algunos de esos parámetros pueden estar relacionados
con la alimentación, la higiene, las rutinas o los tiempos de descanso y sueño.
“Descanso
y sueño” es una de las áreas de ocupación de la AOTA , que lo define como actividades relacionadas con obtener el sueño y un descanso restaurador
que apoye la participación activa en otras áreas de ocupación.
Cuando
nos preguntan qué tal estamos durmiendo solemos generalizar con un “bien” o
“mal”, pero realmente se puede describir mejor e incluso detectar qué factores
están favoreciendo un sueño de calidad o no.
¿Qué
significa dormir bien? Significa que el sueño es reparador, que al despertar
tenemos sensación de descanso y de alivio, que el tiempo empleado en ese sueño
lo consideramos satisfactorio, bien empleado, y que repercute en la energía con
que afrontamos el día. No siempre es así, y a veces dormimos pero no sentimos
esa calidad anteriormente explicada.
Además,
tendemos a medir el sueño solamente de forma cuantitativa, es decir, el tiempo
que empleamos en dormir, y erróneamente relacionamos dormir poco tiempo con
dormir mal y dormir mucho tiempo con dormir bien, pero no siempre es así, por
ejemplo: una persona puede dormir 8 horas recomendadas para un adulto, pero se
ha despertado varias veces durante la noche, no podía respirar bien, ha tenido
dolor de cabeza, unas contracturas en la espalda le han impedido tomar una
postura cómoda o durante algunos momentos no ha podido controlar un pensamiento
invasivo que le ha impedido relajarse. Esta persona ha dormido muchas horas
pero cuando se levanta no se encuentra bien, ha tenido un sueño de mala
calidad.
Otra
persona, sin embargo, ha dormido solamente 4 horas, pero profundamente, y al
levantarse se siente descansado muscularmente, sin dolores, despejado de mente
y con ganas de volver a la actividad. Ha dormido poco pero es un sueño
reparador.
Otra
persona durmió pocas horas la noche anterior, y no especialmente de mala
calidad, pero tiene sueño. Ha hecho una siesta de 30 minutos y al levantarse se
encuentra aliviado y despejado, ha sido un sueño muy corto pero muy reparador.
Por
tanto, hablar de la cantidad del sueño es insuficiente si no hablamos también
de la calidad, en sentido cualitativo.
En
Salud Mental es frecuente hablar de este tema. Se puede revisar la cantidad y
calidad del sueño por algunas razones como detectar, en el día a día,
alteraciones en el sueño que puedan ser indicadores de cambios en el ciclo del
sueño, efecto de cambios en la medicación o la alimentación, presencia de
sintomatología, insomnio, etc. Se considera información útil para los
profesionales, ya que una mala higiene del sueño puede agravar la salud, tal
vez especialmente en personas con enfermedades crónicas. Una atención
individual que puede realizar el Terapeuta Ocupacional es preparar las visitas
al médico o psiquiatra o bien los reconocimientos de Enfermería. ¿Cómo?
A
parte de trabajar la conciencia del autocuidado, se pueden elaborar registros
muy sencillos que ofrezcan una información clara de la evolución de la higiene
del sueño.
- Diario: en forma de seguimiento individual o de forma general en el encuentro, asamblea o reunión de la mañana.
- Periódico: por ejemplo un registro sistemático semanal en talleres de hábitos saludables.
- PIR: informe anual. Ofrece una descripción general del último periodo.
Por
otra parte, con frecuencia hay personas que no saben describir con exactitud ni
cuánto duermen ni cómo duermen.
Para
cualquier persona o grupo, y especialmente para grupos terapéuticos de personas
con enfermedad mental grave y crónica, algunas de edad más avanzada y a veces
con dificultades para la comunicación, un sencillo modo de plantearlo es:
Las posibles respuestas son:
MUCHO y BIEN
POCO pero BIEN
MUCHO pero MAL
POCO y MAL
El
factor cantidad (Poco/Mucho) es
cuantitativo. Se mide cronológicamente: en horas, minutos… también establece
periodos (noche, tarde)
El
factor calidad (Bien/Mal) es
cualitativo. Se puede medir registrando la presencia de dolor o molestias físicas,
número y frecuencia de interrupciones del sueño, describiendo las condiciones
que favorecen o limitan el sueño (ropa adecuada, cama, clima, rutinas…), etc.
Incluso
se pude cuantificar: podemos asignar el menor valor al rango “Poco y mal” (0
puntos); el mayor valor (2 puntos) a “mucho y bien” y un valor intermedio (1
punto) para “poco pero bien” y “mucho pero mal”, ya que en ambas posibilidades
se cumple solamente una condición de las valoradas.
Por
ejemplo, dos personas que representan dos situaciones opuestas respecto a la
salud del sueño: de un máximo de 14 puntos (2 al día) la primera de ellas
obtiene 12 (una puntuación muy alta, lo que indica una buena higiene del sueño)
y la otra, sin embargo, marca sólo 3 de 14, una puntuación muy baja, que indica
posibles problemas con el sueño.
L
|
M
|
X
|
J
|
V
|
S
|
D
|
TOTAL
|
|
Nombre
A
|
2
|
2
|
2
|
1
|
1
|
2
|
2
|
12
|
Nombre
B
|
0
|
1
|
1
|
0
|
0
|
1
|
0
|
3
|
Esta
es una sencilla herramienta que puede servir para hacer un seguimiento
individual o grupal tanto a diario como ocasionalmente y también aumentar en
las y los participantes la conciencia acerca de la salud, en este caso, del
sueño. Otros parámetros también son frecuentemente registrados para incluir en
seguimientos e informes, como el peso o la tensión arterial, en la mayoría de
ocasiones en talleres relacionados con hábitos saludables.
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