Una de las herramientas más útiles para
el Terapeuta Ocupacional cuando trabaja en Salud mental es el uso de la
evidencia. En otras disciplinas los déficits y discapacidades se observan
claramente (no solo el TO, sino cualquiera), y por tanto es más sencillo
establecer objetivos y revisarlos e implementar estrategias de intervención. En
salud mental no siempre es tan fácil, porque muchas problemáticas no se pueden
observar a simple vista o en un primer momento. Aun así, hay algo que sí se
puede observar, y es LA CONDUCTA, especialmente la conducta en cada una de las
AVD. A partir de ahí, la observación directa minuciosa nos puede aportar
información valiosa acerca de posibles déficits y así elegir un abordaje de
intervención eficaz.
Para ello es casi imprescindible el uso de registros
(recomiendo registros de elaboración propia, para ajustar la observación a la
realidad exclusiva de cada persona) habituales, casi diarios, tanto en la
evaluación inicial como en el seguimiento permanente y en la revisión de los
planes de intervención. Habituarnos a usar de forma sistemática este tipo de
registros nos va a aportar una información muy útil porque:
- Es real: son evidencias indiscutibles.
- Es completa: si el registro es riguroso aporta información inicial y su evolución a lo largo del tiempo.
- Aporta perspectiva: cuando hay muchos datos reunidos y cruzados la visión global del caso clínico suele aclararse y ofrecer una imagen general que puede explicar muchas de las realidades de la persona y orientarnos hacia el abordaje del caso.
Ejemplo
práctico:
Hay
que realizar una evaluación inicial a una persona que accede a un recurso de
rehabilitación psicosocial. Se realiza entrevista a la familia y a la persona.
Al hablar del aseo e higiene personal al parecer hay ciertas discrepancias,
pues ambas partes refieren información incompleta o contradictoria. A pesar de
ello, se evalúa con una evaluación estándar inicial (Katz, BELS, ILSS, etc)
para disponer de un ítem de referencia en base a la información que aporta el
usuario y la familia y los informes que disponemos, aparte de contrastar
información junto con el resto del equipo y el propio ojo clínico.
A
partir de entonces el TO diseña un sencillo registro para esta persona, a
rellenar cada día que acude al centro (acude, pongamos, 3 días a la semana), ya
que el propio terapeuta no puede estar presente en el domicilio de esta persona
en los momentos de aseo e higiene personal.
Este
registro puede ser realizado por iniciativa del propio TO o bien a petición de
otro de los profesionales que lleva el caso, como el psicólogo, porque esté
interesado en resolver una problemática relacionada, contrastar información o
responder a una demanda de la familia.
Supongamos
que se usa este registro durante tres meses, lo que implica un número de 36
registros (3 días a la semana x 4 semanas al mes). Existe una muestra
significativa del registro de unas conductas muy concretas durante los 3 últimos
meses hasta la fecha actual, lo que permite obtener ciertas conclusiones.
Por
ejemplo, puede que de esos 36 días, no presenta suciedad en ropa ni cuerpo ni
olor corporal al llegar al centro ninguno de los días, pero sí presenta
suciedad en ropa y manos al marcharse del centro en 6 de esos días. Probablemente
podamos considerar que el hecho de ensuciarse a lo largo del día (y no desde
que llega de casa) sólo ocasionalmente puede considerarse poco significativo. Tal
vez no es necesario marcar un objetivo muy ambicioso o simplemente realizar un
seguimiento general por si la situación empeora. También puede servir para
presentar esta información a la familia u otros profesionales y contrastar
informaciones para tener una visión más ajustada de la realidad: “tal vez pensábamos
que era un problema mayor de lo que es”, o bien “es un problema ocasional que
puede tener fácil solución con un poco de seguimiento”.
Evidentemente,
no es el mismo caso que el de una persona que registra suciedad al llegar y
marcharse 36 de 36 días. El abordaje no es el mismo. Es una buena forma de
evitar sensaciones generales acerca de la situación de las personas o ciertos
problemas o guiarse por intuiciones que pueden alejarnos de soluciones reales.
Eso sí, para que este trabajo tenga éxito el TO debe tener ganas y constancia,
instaurándolo como una rutina diaria.
En
mi propia experiencia profesional este tipo de herramientas han sido muy útiles,
al menos para el propio trabajo del TO a la hora de evaluar e intervenir, y
puede hacerse con cualquier AVD observable. Puede seer útil en recursos
residenciales o de alta supervisión (residencias o pisos tutelados), pero
especialmente en recursos donde no se dispone de tanto tiempo para tratar con
la persona ni observar estas conductas.
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