A
la hora de elaborar un programa el primer paso debe ser la justificación, ya que es lo que va a servir para aceptar tanto la
viabilidad como la necesidad del mismo. Cabe, por tanto, plantear si es una
demanda de los usuarios (hay un número mínimo y significativo de usuarios que
lo solicitan), da respuesta a una necesidad detectada o si es un beneficio que
los profesionales consideran que puede ser útil, aunque los usuarios no lo soliciten expresamente.
De
todos modos, una vez conocido el propósito del programa, es pertinente
establecer objetivos.
Hay
varias maneras de plantearlos, pero en general se suelen clasificar de la
siguiente manera:
·
Un objetivo principal. Uno, a ser posible, que por sí mismo explique el propósito
del programa
·
Objetivos específicos: dos o tres. Son objetivos secundarios,
complementarios al general o acciones
concretas para lograr el objetivo general.
·
Objetivos operativos: son las acciones cuya consecución determina el
cumplimento del objetivo general o los objetivos específicos. Los objetivos
operativos debe ser:
-
Medibles.
Importantísimo. Debe poder calcularse, puesto que debe ser un indicador cuantitativo, una prueba objetiva que
demuestre esa evidencia. Se puede expresar con números y símbolos (marcar con
una X; todo o nada 0 y 1; del 0 al 1, del 1 al 5…), se pueden medir en valores
estandarizados (números enteros, medidas de tiempo, de longitud…) y es
observable físicamente: en un documento, con un objeto en el espacio o en la
conducta.
-
Inequívocos.
El criterio para medirlo debe ser el mismo para cualquier profesional que lo
observe. Es claro y deja poco margen para la interpretación subjetiva.
-
Pueden temporalizarse a
corto, medio o largo plazo,
especificando en cada caso el tiempo de dicho plazo (ej.: cuando acabe la
actividad dentro de un año, a los seis meses, desde el primer día…)
-
Deben conseguirse
mediante los indicadores: son los
datos que corroboran el cumplimiento o no
del objetivo, las evidencias. Ejemplos:
o
Asistencia.
Indicador comúnmente utilizado. Es una evidencia que aún así permite la
posibilidad de registrar tanto las asistencias como ausencias justificadas y motivos,
si son significativos, por ejemplo.
o
Participación.
Se puede medir con indicadores como: realiza la actividad indicada,
participa en la conversación, permanece el tiempo que dura la actividad…
o
Frecuencia de
una conducta, nº de veces que realiza cierta conducta.
o
Logros de tareas
específicas, que deben estar descritas con claridad.
-
Deben ser cumplidos por el usuario. Debe también,
por tanto, ajustarse a sus necesidades. En caso de que el objetivo lo tenga que
conseguir el profesional, indicarlo.
Es
recomendable:
-
No demasiados: es más probable cumplir objetivos sencillos que demasiado ambiciosos.
Siempre hay tiempo para modificar o incluir los objetivos y buscar otras metas.
Entre 3 y 5.
-
Evitar objetivos
demasiado genéricos, como mejorar el
autoestima, a no ser que sea un objetivo general o específico. No se puede
medir y se basa en la percepción subjetiva.
-
Diseñar objetivos que
sean fáciles de detectar y que los
datos puedan recogerse de forma sencilla y ágil. Si hay que registrar demasiada información el
profesional puede perder muchos datos. Además, puede facilitar que la evaluación también sea más sencilla.
-
Usar fórmulas como:
“Que el usuario sea capaz de…”, que nos pueden aportar una visión clara de lo
que podemos conseguir de forma realista.
-
Usar esquemas para
diseñar los objetivos de forma coherente y global.
Esta
es una visión estándar basada en experiencia clínica. Aquí hay algunos enlaces,
aunque no son específicos de TO ni Rehabilitación Psicosocial:
Gracias,
espero que sirva de ayuda. Se aceptan comentarios.
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